Soberanía, sarasa y sentimiento
Ahí están los candidatos de la oposición –que ya se siente sucesora y está agrandada como zapato de payaso– ahora a los codazos entre ellos para ver quién se queda con la torta y termina de reconvertir a este país partido al medio en lo que ya parece ser: una colonia con triste apariencia de república pero no soberana; una sociedad dividida en gente paqueta y bruta, por un lado, y gente en la miseria y embrutecida, que no es lo mismo, por el otro.